Georgia no puede ser libre. Neo no puede ser amado. Zoe no puede ser suficiente. Owen no puede ser él. Y Megan no puede ser salvada. Pero ¿acaso alguien puede ser durante la guerra?
En la ciudad de Loyac, la guerra asola las calles y obliga a sus ciudadanos a luchar por sobrevivir un día más, sin importar quiénes sean ni las conscuencias.
Georgia lucha por encontrar respuestas. Neo lucha por recomponer su corazón roto. Zoe lucha por combatir en el frente.Owen lucha por reescribir el pasado. Y Megan lucha por sobreponerse a la incertidumbre.
Con la nación dividida, los bandos de la Coalición y los Incondicionales han olvidado que todo se reduce a una batalla entre hermanos. No obstante, ha llegado el fatídico momento en el que los hijos del dolor deben elegir entre actuar o morir.
Zoe tiene el control. Georgia tiene que avanzar. Neo tiene pesadillas. Austin tiene miedo. Y Alison tiene el poder. No obstante, aspirar a tener algo en la guerra es demasiado ambicioso.
La ciudad de Loyac apenas es reconocible tras dos años de sufrimiento, y sus habitantes se enfrentan unos a otros ignorando si son vecinos o hermanos.
Zoe regresa para enfrentarse a los cambios. Georgia se enfrenta a la Coalición a pesar de sentirse vacía. Neo se enfrenta al recuerdo de otra vida. Austin se enfrenta a la ignorancia tras las rejas. Alison se enfrenta a la soledad de las trincheras.
En Himalia, la Coalición ataca y los Incondicionales resisten. Las muertes no acaban y la miseria se acentúa. Los lazos de sangre se rompen. Pero así es el idioma de la guerra. Es hora de actuar o morir.